miércoles, 15 de julio de 2009


Decís perdón y un vaso termina en el fondo de sed, ya fue, me voy, y puertas se cierran dejando caer la sonrisa que esquiva a Carlitos que dice que hoy gana el Ciclón. Le pateo cenizas al piso y me rindo frente a mi portón. Avanzo por la calle angosta y me llama Graciela, al pasarle digo: me abrigo, vos no te preocupes, si llueve no me va a importar. Voy pensando en que no hace ni un año y las cosas ya no son iguallas. Disculpas no cuesta aceptarlas, me cuesta saber perdonar. Y vuelvo a despertar, cansado de estar tan cansado de ser, me digo: no hay mitad que sea tan mala como la que tenés. Y olvido que traigo conmigo canciones y amigos, tu alma es ahora mi estrella, el dolor ya no hace mal.

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