
Es tan perfecto que asusta, porque nunca es justa la felicidad, saber elegir es lo que cuesta más, no cualquiera suma sin restar. Sentis la electricidad, y no la sabes llevar, te quema, te paraliza, y no te deja reaccionar. El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo, y ese miedo a estar mejor.

















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